#ElPerúQueQueremos

El water, etc.

Publicado: 2010-05-11

Hoy fui al baño para darme cuenta que está malogrado y estuvo corriendo desde la mañana. Moví la palanca para acomodarla y me quedé viendo el water esperando a que el agua terminara de correr para asegurarme que ya no siguiera abierto. Ahí, mirando el hueco de desagüe me acordé que hace un año mas o menos me encontraba en la misma posición inmunda: mirando el hueco y el agua corriendo.

La situación era completamente distinta. Había salido a buscar a Santiago. Mi fachada era una salida estúpida con amigos, pero mi misión era ubicar a Santiago entre la gente. Era un bar donde siempre iba gente de mi facultad y era normal encontrarse con alguien ahí casi todas las veces. Para cuando vi a Santiago, a lo lejos y lo quedé mirando, ya me había tomado un shot de algo que me invitaron -y que no me molesté en preguntar que era- y apenas pude reaccionar para verlo confudirse entre la gente. Después de eso, todo se volvió cada vez mas borroso. Un shot mas no ayudó a aclarar nada y comencé a dar tumbos y tumbos por todos lados.

La borrachera a veces te da cierta claridad para bajar muros absurdos en tu cabeza. Esos muros que te hacen ir y tomar del brazo a alguien y decirle cosas que normalmente no le dirías. No le dije nada revelador a Santiago, pero le hice incapié sobre su cumpleaños que había sido la semana pasada y que me hubiera gustado ir a saludarlo. Ahora que lo pienso, debo haber estado bastante borracha, aunque no hubiera necesitado los tragos para decirle algo así. Además esa no era mi intención. No era necesario tomar en exceso para hablarle a Santiago, pero una cosa llevó a la otra.

Para cuando él finalmente se acercó ha hablarme, calculo a eso de la una de la mañana, seguro que él ya se había tomado unas cervezas también. De esa conversación corta no recuerdo mucho. Solo algunas imágenes inconexas, flashes de gente que se acercaba ha hablarme, música que parecía sonar muy muy lejos y que Santiago me dijo que él iba ahí casi siempre, lo que finalmente me hizo regresar más jueves de los que debí haberme juergueado y aguantar estoicamente la resaca del viernes que siempre me dejaba muerta. Aparte de esa vez que cruzamos un par de frases, solo me encontré con Santiago tres veces más.

Las dos siguientes, solo lo saludé, en pos de tener una especie de relación, ser conocidos que se tratan amablemente (amigos no fuimos nunca). La primera vez, él sonrió al verme. La segunda vez lo vi hablando con sus amigos y me acerqué a saludarlo para luego irme con mis amigos. La tercera vez fue algo bizarra. Era cumpleaños de una amiga suya que yo conocía de vista en la facultad. Me acerqué con mi grupo a saludarla porque de alguna forma todos nos conocemos. Vi a Santiago parado por ahí y le busqué la mirada, pero me evitó. El resto de la noche, estuvimos cerca pero no hablamos. Él con sus amigos, yo con los míos.  

Ahora que lo pienso, las tres veces que de alguna forma hablé con él o lo saludé fueron iniciativa mía. Pero si me remonto al pasado, y esto para todos los hombres que me gustaron, yo fui la que tomó la iniciativa de acercarme. Lo mismo con Santiago. Fui yo la que lo elegí. Fui yo la que lo vi y me acerqué. De repente por eso es especial. De repente por eso, cuando no tengo nada en que pensar, me acuerdo de él.

Y sobre el water: Aquella primera vez que fui a buscar a Santiago y tomé en exceso, ya se imaginarán donde acabé. Mirando el agua correr, abrazando esa estúpida cerámica en forma de óvalo.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=Xd3nEBts0Ec]


Escrito por


Publicado en

El Mundo de Sofía

Esta es mi versión de la historia