#ElPerúQueQueremos

Algo nuevo

Publicado: 2010-05-28

El asunto con Gabriel pasó tan rápido que no tuve tiempo de pensar antes de verme en camino a encontrármelo en un café de Miraflores. Yo estaba muy ilusionada. No sentía eso desde lo de Santiago, esa especie de esperanza de que no todo está perdido y que te da la fuerza para finalmente atreverte a que te rompan el corazón de nuevo.

Estaba decidida a que Gabriel tenía que ser algo especial, algo diferente. Primero porque nos habíamos conocido a través del internet (y de ahí la razón por la cuál borré mi blog anterior, es una larga historia) y primero nos agradamos por como escribíamos, cómo eramos físicamente y eso parecía prometedor. Teníamos mucho en común y no me daba roche ser yo misma con él, pero después de unas salidas la cosa se enfrió terriblemente, hasta el punto que un día, producto de la desesperación le dije casi en broma -o tratando de hacerlo broma, para que no me jodiera tanto- que él me había dado los indicios de que lo nuestro no iba en serio, refiriéndome a cosas que él decía con frecuencia para apartarme: "No me gustan las etiquetas". "Prefiero comenzar con una amistad antes de que la relación se vuelva algo serio" y mi favorita "Todavía sigo enamorado de mi ex".

Esa última me dolía bastante porque insistía en hablarme de ella. Según lo que él me decía, a mi la mujer me parecía el demonio, hasta me daba pena que él siguiera prendido de ella, y mas triste aún, pensaba que yo sería la que lo haría olvidarse por fin de esa bruja. Error. Cuando le hice esa "bromita" sobre sus frases me contestó la pachotada mas grande del mundo: "¿Que, tu creías que estábamos saliendo?" Perdí. Mi mente oscilaba entre prenderle fuego a su auto o hacerle vudú con un muñequito de tela. ¿Y que mierda había sido lo que estábamos haciendo entonces?

Desde ese momento me convencí de dos cosas. Primero, que Gabriel era un idiota. Segundo, que no era que yo tenía mala suerte en conocer hombres, sino que siempre elijo hombres inmaduros como prototipo de pareja.

De hecho, Gabriel se parecía a Santiago. Cuando comencé a encontrar que las similitudes eran cada día mas grandes, me dí cuenta que estaba cayendo en la misma mierda de nuevo. Y lo comprobé cuando Gabriel insistió en hablarme por el msn, o poner "me gusta" en mis publicaciones del facebook. Primero se alejaba, luego quería acercarse de nuevo para volverme a alejarse. Yo ya no estoy para esas huevadas. Comencé a sentir el sabor de familiaridad que había probado antes con Santiago y decidí algo drástico. Lo borré de todo. De mi msn, de mi facebook, y hasta borré mi blog (por donde nos conocimos) para evitar cualquier posterior recaída de mi parte.

Después de eso, pasé unos meses pensando que mi brújula de hombres estaba rota. Que siempre me gustaba el mismo tipo de hombre y que estaba destinada al fracaso continuo. Hasta hace poco, pensaba que mi destino era negro, oscuro, triste y decepcionante. Me comencé a dar cuenta que ya no sólo era Gabriel el que tenía similitudes con Santiago, sino casi todos los tipos con los que había salido en los últimos dos años. Ya no quería saber nada con nadie. Si alguno de ellos intentó volver a salir conmigo, lo rechacé, sabiendo que sólo era una versión más de lo mismo.

Y bueno, el tiempo pasó. Poco a poco dejé de sentirme tan mal sobre mi misma. No sé que me pasó pero hoy ya no siento que estoy en un pozo negro. Me sané, supongo. Estoy dejando que la esperanza idiota vuelve a crecer en mi. ¿Será que este año por fin encontraré eso que estoy buscando? No sé, quién puede saber que carajos va a pasar en el futuro. Lo importante es levantarse del suelo y seguir intentando.

Podría decirse que en el estado en que me encuentro estoy total y completamente lista para que me vuelvan a romper el corazón. Y qué más da. Yo sé que duele, pero no me importa. Quiero volver a creer.  


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El Mundo de Sofía

Esta es mi versión de la historia