#ElPerúQueQueremos

Epifanía

Publicado: 2010-05-30

El sábado salimos con Bea y otros amigos comunes. Fuimos a Barranco. Luego de una larga noche de previos, hacer cola, varias chelas y conversa entretenida nos sentamos en una mesita, a cagarnos de risa. La ventaja de no estar borrachos-hasta-las-huevas a esas horas de la noche nos permitía rajar de todos los seres extraños que transitaban delante de nosotros. Desde el tipo de camisa blanca que se levantaba cada vez que pasaba una chica para sacarla a bailar, hasta el pelotudo que nos lanzó un vaso de plástico vacío porque sí, hasta las chicas en ropitas apretadas que tambaleaban por el piso mojado de chela, las que usan dos tallas menos de ropa, las que no usan nada (en serio, un sostén solamente no es estar vestida), las que parece que la ropa se les rompió en algún momento (o está de moda vestirse con ropa rasgada, no sé). Yo no me considero una monja, me gusta vestirme bien, vestirme con ropa femenina, ponerme escotes, pero hay chicas que siempre van a llevar las cosas al siguiente nivel, por decirlo de alguna manera. Los tipos que se acercaron a la mesa en estado de ebriedad total, buscando manosear algun trasero en la pista de baile, los que buscaban ligar con las chicas en patético estado de ebriedad, que luego Bea vio vomitando en el baño, en el lavatorio, que asco.

Ese espectáculo del cuál nos burlábamos a carcajadas y señalando a la gente, sin importarnos un carajo, me hizo llegar a una conclusión que creo va a ser definitiva para ya no regresar nunca más al círculo vicioso de Santiago.

Viendo a los tipos tratando de ligar chicas fáciles y borrachas me di cuenta que ya había visto un espectáculo parecido a ese antes, con Santiago de actor principal. En el momento, claro está, nunca quise aceptar que él era un imbécil y que no tenía nada en el cerebro. A pesar que varias amigas mías me dijeron que él no tenía nada en la cabeza. Yo siempre quise pensar que él era diferente. Ayer algo hizo clic. Encontré la pieza suelta del rompecabezas y me di cuenta, realmente y por primera vez de verdad, que Santiago está lleno de mierda y que no es más que otro de esos tipos que quieren manosear a una de esas mujercitas fáciles. Lo demás, fue simple relleno. 

Creo que por primera vez en bastante tiempo tengo ganas de algo diferente. Ayer vi a unos amigos suyos en la cola y me pregunté si él estaría dentro, pero luego de unas chelas me olvidé del asunto. Estoy convencida de que ahora sí estoy en un buen camino. ¿Será que por fin ya cerré ese asunto? ¿Será que por fin le puse un punto final a esa historia?


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El Mundo de Sofía

Esta es mi versión de la historia